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jueves, 28 de julio de 2011

Dieta de la madre y sabor de la leche

El sabor de la leche materna varía en función de los alimentos que tome la madre. Los científicos estiman que es a partir de los cuatro meses cuando los bebés son capaces de apreciar el sabor salado o los sabores distintos del dulce típico de la leche materna. Por ello, la alimentación de la madre durante toda la lactancia puede marcar y condicionar el consumo de los alimentos sólidos de su bebé. 
La primera evidencia experimental que apoya la hipótesis de que la exposición temprana de los bebés a una variedad de sabores facilita la aceptación posterior de nuevos alimentos viene de la mano de investigadores del Monell Chemical Senses Center en Philadelphia, Estados Unidos. El estudio, publicado en el 'American Journal of Clinical Nutrition', comprobó que a los bebés que durante un periodo concreto (10 días) se les alimentó con una variedad de vegetales (zanahoria, calabaza, guisantes, judías verdes, patata), repetidos en varias ocasiones, con el tiempo ingirieron sin dificultad más variedad de alimentos. Por el contrario, los bebés alimentados en ese periodo exclusivamente con patatas, con solo una ocasión de exposición a las zanahorias en el primer día de prueba, no mostraron un aumento en la aceptación de las zanahorias.  

Además, otra diferencia sustancial fue que los bebés alimentados con leche materna aceptaron mejor los nuevos sabores e incrementaron más el consumo de los nuevos alimentos, en comparación con los lactantes alimentados con fórmula. Del análisis se desprenden varias claves que pueden ayudar a comprender mejor el comportamiento de los bebés hacia los nuevos alimentos tras el destete:
  • Cuanto más variadas sean las verduras que incluya el puré y más tipos de frutas pruebe el bebé en sus primeras experiencias con alimentos sólidos (aunque la introducción sea paulatina y de una en una), mayor será la probabilidad de que acepte una amplia variedad de sabores. La experiencia inicial con diversidad de gustos puede llevar a una mayor disposición a aceptar sabores desconocidos.
  • Es fundamental ofrecer el alimento en repetidas ocasiones, ya que, al parecer, es necesario un número mínimo de exposiciones (hasta 10 veces) para una mejor aceptación de los alimentos.
  • La primera prueba de los distintos alimentos debe hacerse de manera aislada, al menos, en las primeras experiencias, de modo que el puré de verduras de los primeros días sea solo de zanahoria, luego de puerro, calabaza... Con el tiempo, se propondrán mezclas de verduras. Esto permite, por una parte, discernir qué alimento concreto provoca al niño una reacción y, por otra, le permite empezar a discriminar y distinguir los diferentes sabores y aromas de las distintas hortalizas. Algo similar se debe hacer con las frutas.
  • La lactancia materna facilita la aceptación de nuevos alimentos y nuevos sabores, que se refleja tanto en los cambios en el consumo como en la respuesta conductual. En palabras de Adelina García Roldán, consultora en Lactancia Materna, "el sabor de la leche materna cambia según los alimentos que ingiere la madre, y gracias a esto el bebé desarrolla el sentido del gusto". El mundo sensorial de los bebés alimentados con leche materna es muy rico, variado y diferente al de los bebés alimentados con fórmula, con sabores estándar y más constante.
Estos conocimientos se pueden extrapolar a las texturas, de forma que pueda ser interesante exponer a los niños, desde muy pequeños, a texturas diferentes (puré fino, más espeso, con grumos, con pequeños tropiezos de verduras o frutas mal batidas...) para facilitarles la aceptación, sin que muestren tanta reticencia a comer alimentos que no estén bien pasados por la batidora, algo relativamente frecuente con las verduras, que a menudo los niños solo quieren comer en puré.
Incluso se ha constatado que los pequeños expuestos a una alimentación más diversificada en los primeros años de vida son menos propensos a desarrollar problemas alimentarios en edades críticas -entre los 2 y los 7 años-, a tener neofobia o aversión a probar nuevos alimentos.

martes, 26 de julio de 2011

La lactancia materna facilita la aceptación de nuevos alimentos

El sabor de la leche materna varía según los alimentos que ingiera la madre y ayuda al bebé a aceptar nuevos sabores y a desarrollar y diversificar su sentido del gusto.

Las frutas y las verduras son los primeros alimentos que prueban los bebés con sabores distintos y más marcados que el gusto neutro de los cereales. La aceptación de estos alimentos sólidos y de nuevos sabores durante el destete se refuerza por las primeras experiencias que tengan con variedad de sabores, según se aprecia en distintas investigaciones. Se ha constatado que los lactantes alimentados con leche materna están más dispuestos a aceptar con agrado los alimentos nuevos, en comparación con los lactantes alimentados con fórmula. Una explicación para este hallazgo es que los bebés alimentados con leche materna están expuestos a una variedad de sabores a través de la propia leche, superior cuanto mayor es la diversificación alimentaria de la madre, mientras que la experiencia de los bebés alimentados con fórmula supone una monotonía de sabores, propia de estos productos infantiles. Estos conocimientos sugieren la importancia de que la madre varíe al máximo la dieta y no excluya por norma alimentos considerados de sabores muy fuertes, sino que tras consumirlos, se fije en la reacción del bebé: si le disgusta el sabor, le resulta más incómodo de digerir o si, por el contrario, no nota diferencia.  

jueves, 21 de julio de 2011

La leche materna durante los seis primeros meses puede salvar 1,3 millones de vidas por año

Escalofriante dato el que publica a fecha de hoy el diario digital "eltiempo.com.ve": nada más que 1,3 millones de vidas por año podrían salvarse tan sólo con la lactancia materna hasta los seis primeros meses. ¿Qué hay que hacer para conseguir que las madres lo lleven a cabo?



"Hola beneficios, adiós mitos

19.07.2011 05:10 AM El bebé, la madre y la familia se favorecen con el acto de amamantar, pues disminuye en el niño riesgos de diabetes, obesidad y cáncer, entre otros.
 Casi la mitad de las muertes de niños en el mundo se vinculan con la mala nutrición, y esta, a su vez, está ligada a la ausencia de la lactancia materna, un derecho de ley que tienen los más pequeños del hogar.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) considera que alimentar a los bebés sólo con leche materna durante los seis primeros meses puede salvar 1,3 millones de vidas por año.
En Venezuela los mitos aún prevalecen en la sociedad y la desinformación no se mitiga, en cambio, pasa de generación en generación.
“No puedo amamantar”,  “dar pecho deja los senos flácidos” son algunas  frases que se escuchan entre  madres, quienes niegan a sus bebés el pecho y, al hacerlo, un gran número de beneficios para ambos desaparecen.
Ana María Sotillo,  pediatra puericultor y consejera en lactancia materna, desmiente esas falsas creencias y destaca varias ventajas que quizás pocos conozcan.
“La leche es un tejido vivo que satisface todas las necesidades nutritivas e inmunológicas del bebé  hasta los seis meses, de forma exclusiva, ya que no se necesita ni siquiera darle agua”.
La doctora, que labora en el Centro Médico Total de Las Garzas, Lechería, explica que después de esa edad se puede complementar la lactancia con otros alimentos. En esas condiciones, esta se puede extender hasta los dos años o más. “Es una decisión madre e hijo”.
Para  Sotillo,  el calostro -la primera leche que da la madre- debe ser la vacuna inicial del niño, ya que posee los anticuerpos que necesita.
Señala también que para dar pecho de forma exitosa,  el bebé es quien debe decidir cuándo apartarse del seno, es decir, cuando ya esté saciado. “Las madres no deben quitarle la teta al pequeño, ellos saben cuándo la han  vaciado completamente”.
Explica que durante el amamantamiento hay tres fases. En la primera, la leche es agua con azúcar que calma la sed del niño, la segunda está llena de proteínas y la tercera contiene ácidos grasos para el desarrollo del sistema nervioso.
-¿Los niños crecen más inteligentes si son amamantados?
- Sí, es cierto. Incluso crecen siendo más seguros, independientes y sanos.
-¿Es un mito que dar pecho vuelve  los senos flácidos?
-La verdad es que los senos pueden o no caerse después de amamantar. Todo es cuestión de contextura genética.
-¿Todas las madres pueden amamantar?
-Sí, absolutamente todas. Amamantar disminuye en el bebé riesgos de diabetes, hipertensión, obesidad, osteoporosis e incluso cáncer. Los niños se vuelven más tranquilos, son menos llorones. Además, se ahorra dinero, pues la leche materna es gratuita.
En la madre, también se reduce la posibilidad de cáncer de útero,  incrementa la seguridad en sí misma y mejora las relaciones de pareja, pues  los padres se sienten orgullosos de sus esposas. Amamantar sirve como método anticonceptivo, la madre no queda embarazada mientras da pecho. En caso de que  trabaje, puede extraerse la leche y quien cuide al bebé  se la da  en vasos o con cucharilla, no con tetero.
-El tamaño de los senos afecta la lactancia?
- Todos los senos, no importa su tamaño, producen suficiente leche para el bebé.
-¿La alimentación de la madre afecta la leche?
-La mamá se puede alimentar como siempre lo ha hecho. Lo importante es que no consuma nada en exceso.
-¿Se refuerza el vínculo maternal a través de la lactancia?
-Totalmente. No es sólo nutrición, sino también amor.
Lazo  dorado
La doctora Ana María Sotillo, consejera en lactancia materna, graduada en la Universidad de Oriente, Núcleo de Anzoátegui, pidió a las madres   que para la semana de la lactancia materna  que se llevará a cabo del 1  al 7  de agosto,  incentiven esta práctica,   trasladen los conocimientos a cualquier madre y que además, usen un lazo dorado que representa ese acto de amamantar. “Debemos informarnos y acudir a expertos que sepan cómo ayudarnos en casos extremos”.
Lactancia  en tándem
Amamantar a dos hermanos a la vez, no importa su sexo o edad, se le conoce como lactancia en tándem.
Para la consejera  en lactancia materna, Ana María Sotillo, esta es una práctica que refuerza la conexión entre los niños.  “El más grande se revacuna y el más pequeño disfruta de la compañía de su hermano mayor”.

jueves, 7 de julio de 2011

Increíbles datos a tener en cuenta!!

Increíbles datos extraídos de una publicación colombiana: El Pais.com.co (7/7/11)

Estudio revelador:
Un estudio realizado por el médico pedíatra Carlos González reveló que los costos del cuidado de la salud en el primer año de vida para los niños que no recibieron leche materna son más altos que los de quienes sí la recibieron.
“Entre mil niños que no tomen el pecho y otros mil que tomen lactancia materna exclusiva durante tres meses, la diferencia sería de 60 episodios de enfermedad respiratoria, 580 de otitis media y 1.053 de gastroenteritis durante el primer año de vida, que generarían 2.033 visitas al médico, 212 días de hospitalización, 609 recetas y 51 radiografías”, dijo.
Este estudio se efectuó solamente durante 3 meses de lactancia materna, sólo se tuvieron en cuenta tres enfermedades y sólo se tuvieron en cuenta los costos médicos directos, sin tener presente los días de trabajo que pierden los padres, ni el sufrimiento de los padres y el niño."