Mientras aguardaba el nacimiento de mi pequeña, acudí, aunque tarde, a las "temidas" clases preparto. Y digo "temidas", más por los papás, que por las mámas... (Papás, acudid a las clases! Son divertidas y tienen mucha utilidad... sobre todo tras el nacimiento del bebé! De verdad de la buena...). Existen muchos tipos de clases preparto, dependiendo de quién las imparta. Yo tuve la suerte de toparme con una comadrona, María José, que contribuyó enormemente a que hoy en día le dé el pecho a mi niña. Lo primero que nos dijo en una de sus clases fue que hiciéramos una lista negra de todas aquellas personas que consideráramos que no apoyaban la lactancia materna. Y una vez hecha, al dar el pecho al bebé, las echáramos de la habitación!! Un buen consejo... luego entendí por qué...
Quién puede estar en contra de algo así? Yo por aquel entonces no entendía mucho sobre el tema. Ni estaba a favor, ni en contra... y no entedía por qué alguien podía presentar objeciones. Pero las hay!! Creedme!! Salen de debajo de las piedras!! La madre, al suegra, la vecina del quinto... Cuando déis el pecho, habrá gente para todo: los que te dicen que el niño ya es mayor para estar colgado del pecho, los que te dicen que el pecho no alimenta lo suficiente, los que te dicen que el niño tendrá 18 años y estará colgado de la teta (éste es muy típico)...
Así que para empezar, decidí que si le daba el pecho a mi bebé (cosa por la que me iba decantando a medida que pasaban los días), me alejaría de las personas de la lista negra en el momento de dar el pecho. Fue una buena decisión.
Pero todavía quedaba mucho por llegar... (Bueno, no tanto, porque empecé las clases muy tarde y apenas pasaron unas semanas...).
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