Una familiar que es además doctora del Hospital de León me manda el siguiente artículo sobre el colecho familiar. Creo que es interesante, y ante todo una postura completamente respetable. Yo no la he practicado, pero es una práctica interesante:
"Como colecho se entiende dormir con tus hijos. Se puede hacer desde dormir en la
misma cama, como tener una cuna especialmente diseñada para ir adosada a la cama
familiar, o bien usar una cuna convencional sin uno de los lados y adosarla a la cama
donde duermen los padres. Muchas veces, en lugar de una cuna se pone otra cama
individual adosada a la cama mayor.
Las ventajas del colecho son muchas y variadas. Pero el problema es que en casi
cualquier libro o artículo sobre el tema de sueño infantil, se desaconseja que los niños
duerman con sus padres. ¿ Porqué ? Una de las causas es el peligro de ahogar o
aplastarles mientras se está dormido. El peligro no es ninguna nimiedad, pero de la
misma manera que difícilmente caemos de la cama, es poco probable que acabemos
encima de nuestro hijo. Hasta los más acérrimos defensores del colecho desaconsejan
practicarlo cuando se está muy cansado, se ha tomado drogas (fumar incluido) o bebido
alcohol, o se está muy obeso. Simplemente, son factores de riesgo que aumentan la
posibilidad de tal peligro, pero fuera de esos casos, no hay mayor alarma que la de
poder caer de la cama mientras dormimos. De hecho, es mucho más peligroso dormirse
en un sofá con el bebé en el regazo que compartir cama con él. Se tiene que tener
cuidado de que el bebé no pueda quedar atrapado entre la pared y el colchón o entre dos
colchones. Dos detalles más : cuando el bebé es muy pequeño, la madre tiene una
especial conexión con él, pero el padre suele tardar algunos meses en darse cuenta de su
pequeña presencia, así que se recomienda que el bebé no se sitúe entre la madre y el
padre sino entre la madre y el final de la cama. Además, están contraindicadas camas de
agua o superficies muy mullidas, así como almohadas que pudieran sofocar al bebé.
Aún y así, ¿porqué esta popular creencia de que dormir con los bebés es malo? Desde
más allá incluso de la Edad Media, en muchos casos nacían más hijos de los que se
podía alimentar. Entonces, ocurría que "por accidente", empezaron a morir muchos
lactantes "fortuitamente" aplastados por sus progenitores. La Iglesia tomó cartas en el
asunto y prohibieron que los hijos durmieran con sus padres para evitar más
infanticidios por este método.
La raza humana, durante toda nuestra historia desde que éramos unos primates que
vivíamos en cuevas, ha practicado el colecho. Es solamente en los últimos 150 años,
con la llegada de casas con varias habitaciones, que se separa a los bebés para que
duerman lejos de sus padres. Durante cientos de años, las madres amamantaban a sus
bebés durante la noche, casi sin despertarse. Los bebés recibían protección, afirmación
emocional, "lecciones de como respirar", calor y leche materna. Si el bebé tiene alguna
dificultad, si vomita, o tiene frío, los padres están a su lado para socorrerle. De hecho, si
la temperatura corporal del bebé sube demasiado, la de la madre baja para compensarlo.
La proximidad con su madre estimula la lactancia materna. Los niños que duermen con
sus padres amamantan más a menudo que los que duermen en otra habitación (casi el
doble y durante casi 3 veces más tiempo). Esto hace que tengan un ritmo de sueño
distinto. Su fase profunda de sueño es mucho menor, con lo que el riesgo de la muerte
súbita (que se supone ocurre en esta fase) es más bajo. Además, el desarrollo neuronal
ocurre en su máximo esplendor en la fase de sueño menos profunda, con lo que al
practicar colecho, no sólo se le da más leche materna, que es ideal para su protección
fisiológica, sino que se está potenciando su desarrollo mental. En países como en Japón, donde el colecho es la norma, el índice de muerte súbita del lactante es uno de los más bajos del mundo. Los niños que duermen al lado de su madre lloran mucho menos frecuentemente y están menos tiempo despiertos. La madre, muchas veces, se da cuenta de las necesidades de su bebé pocos segundos antes de que él las solicite, con lo que se evitan muchos lloros. La comodidad de no tener que levantarse de la cama, sobre todo en época de frío, hace que la madre y el bebé normalmente vuelvan a dormirse casi enseguida. De hecho, muchas veces la madre no sabe exactamente cuantas veces se ha despertado, porque en realidad ¡no se ha llegado a despertar del todo!".
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